Certificación global para garantizar la producción agropecuaria, avalada por la GFSI.

La certificación GLOBALG.A.P. (Good Agricultural Practices o Buenas Prácticas Agrícolas) es un estándar internacionalmente reconocido que promueve la seguridad, sostenibilidad y trazabilidad en la producción agrícola. Este sistema de certificación fue creado para ayudar a los productores a cumplir con los requisitos de seguridad alimentaria, proteger el medio ambiente y garantizar el bienestar de los trabajadores. Con el respaldo de la Global Food Safety Initiative (GFSI), GLOBALG.A.P. es una de las certificaciones más importantes y exigidas en el sector agrícola global.

GLOBALG.A.P. es una norma de certificación que define las buenas prácticas agrícolas en la producción primaria. Su objetivo es establecer una guía clara y accesible para los productores, basada en principios de seguridad alimentaria, calidad y sostenibilidad ambiental. La certificación GLOBALG.A.P. abarca una amplia gama de prácticas agrícolas, desde la siembra, la cosecha y el manejo de productos, hasta el control de la calidad del agua, el uso de fertilizantes y pesticidas, y la protección de la biodiversidad.

La norma GLOBALG.A.P. IFA (Integrated Farm Assurance) es la principal referencia para la certificación en el ámbito de la producción agrícola primaria. La IFA cubre una amplia variedad de áreas clave en la producción agrícola.

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Ventajas de la Certificación GLOBALG.A.P.

Mejora de la Seguridad Alimentaria

Mejora de las Condiciones Laborales

Mejor Relación con los Proveedores

Aumento de la Competitividad

Fortalecimiento de la Confianza del Consumidor

Preparación para la Certificación de Otros Estándares

Mejora en la Sostenibilidad Ambiental

Mayor Transparencia y Confianza en la Cadena de Suministro

La certificación GLOBALG.A.P. no solo asegura el cumplimiento de los estándares internacionales, sino que también aporta un amplio abanico de beneficios económicos, sociales y ambientales. La adopción de este estándar permite a los productores agrícolas mejorar su competitividad, cumplir con las expectativas de los consumidores, proteger el medio ambiente y garantizar la seguridad alimentaria, lo que a largo plazo contribuye a la sostenibilidad de su negocio y al crecimiento del sector agrícola global.